- El quarterback de los Patriots ha vuelto a enojar a la multinacional norteamericana Nike y a la NFL después de su nueva muestra de compromiso hacia la marca que lo patrocina.
La batalla que se vive en el mundo del deporte por conquistar el terreno del marketing deportivo no es una batalla circunscrita de manera exclusiva al mundo del fútbol. Al otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, en un deporte mayoritario con el seguimiento que tiene como es el football, éste sirve de escenario y excusa para que las principales firmas de ropa deportiva de todo el mundo libren sus particulares ataques hacia las marcas rivales.
Todos contra Nike
Desde que allá por el año 2012 la NFL anunciara que la multinacional norteamericana Nike sería la encargada de sustituir, como principal patrocinador de la liga, a la firma estadounidense Reebok, filial de adidas y uno de los grandes soportes valores que por entonces tenían los alemanes en el deporte USA, raro es el año que no asistimos a estrategias de las marcas rivales que tienen como objetivo conquistar el siempre atractivo mercado de la NFL.
La llegada de Nike, a golpe de talonario y mediante conversaciones que durante semanas se llevaron en el más absoluto de los silencios, abrió la veda para que el resto de firmas, una vez con la firma estadounidense ya en el puesto de Reebok, devolviera a ésta esos ataques aunque en esta ocasión desde un punto mucho más frágil para las compañías y con más eco entre los aficionados: desde los embajadores de marca.

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Tom Brady no quiere a Nike
Ocurrió hace tan sólo unos días. Tom Brady, una de las estrellas de la NFL, quarterback de los New England Patriots y uno de los principales embajadores y valores de la firma norteamericana Under Armour, realizaba en un acto en público una muestra más de apoyo y compromiso hacia la marca que lo patrocina que, por ende, se convertía en un ataque hacia Nike.
Así, el jugador de los Patriots, que no se prodiga mucho en apariciones ante la prensa, aprovechó su estancia en la pretemporada que está haciendo su equipo para comparecer ante las cámaras en rueda de prensa con una camiseta oficial de la franquicia… ¡puesta del revés!.
No es la primera vez que actúa así con el único objetivo de esconder el logotipo de Nike y evitar hacer daño a Under Armour, su patrocinador personal. Tampoco es la primera vez que embajadores de otras marcas rivales de Nike llevan a cabo acciones como las descritas. Quizás las más conocidas hayan sido las protagonizadas por Robert Griffin III, embajador de adidas, que debutó en la NFL tapando el logo de Nike en las camisetas de entrenamiento de la competición, una acción que recorrió todos los Estados Unidos y que le supuso una fuerte sanción de la NFL ante la presión de Nike en la primera temporada de la marca del swoosh en la NFL.