- La decisión de las grandes estrellas de la Selección Argentina de censurar su relación con los medios de comunicación y romper relaciones por las críticas recibidas ha vuelto a traer a la luz una realidad: el poder de esas estrellas que para muchos es traducido en “caprichos”. Porque, ¿qué pasaría si fuera la prensa la que, en respuesta, boicoteara a Argentina?
El partido se antojaba poco menos que decisivo. La derrota tan sólo unos días antes en su encuentro ante Brasil convertía el choque ante Colombia en poco menos que un partido a vida o muerte en lo referente a las posibilidades y opciones de Argentina de mantener vivas sus esperanzas para acudir al Mundial de Rusia 2018. Y la albiceleste solventó el primero de sus muchas pruebas de fuego que le quedarán de aquí hasta la conclusión de la fase de clasificación para #Rusia2018 (cualquier nuevo tropiezo puede resultar decisivo en sus aspiraciones) con cierta solvencia, 0-3, aunque el espectáculo no estuvo sólamente sobre el terreno de juego. La actuación de los seleccionados albicelestes a la conclusión del partido y su decisión respecto a su postura frente a la prensa a partir de ahora, que criticó duramente a los convocados tras la dolorosa derrota ante Brasil, ha vuelto a sacar el debate acerca de los privilegios que se auto-otorgan las estrellas dentro del mundo del fútbol y que parecen inviables en otros deportes.
Argentina reniega de la prensa
El partido se antojaba clave en lo deportivo. Pero a nivel extradeportivo la cita contra Colombia quedaba prácticamente en un segundo plano. La prensa argentina, especialmente cruel e hiriente en algunas declaraciones e informaciones tras la derrota de la albiceleste ante Brasil, había iniciado una dura contienda contra los seleccionados argentinos que esperaron a la conclusión del choque ante Colombia para responder a las duras críticas recibidas durante los días previos al encuentro ante los cafeteros (algunas informaciones acusaban incluso a jugadores de fumar marihuana antes de los partidos).
Así, nada más concluir el partido ante Colombia, y con la victoria bajo el brazo, el plantel argentino, bajo la capitanía de Leo Messi, se concentró ante la prensa para leer un comunicado en el que venían a informar de la suspensión de las relaciones que a partir de dicho momento iban a adoptar frente a los medios de comunicación con una autoimposición de la ley del silencio como represalias al trato que estaban recibiendo por parte de un sector crítico de la prensa argentina.
¿Y si la prensa boicoteara a Argentina?
Aunque la relación se antojaba delicada entre ambas partes, sobre todo después de la derrota ante Brasil, pocos podían llegar a pensar en la adopción de una decisión tan drástica por parte de los convocados argentinos, lo que, lejos de un análisis meramente subjetivo respecto de la idoneidad o no de la decisión adoptada, trae a escena nuevamente una pregunta muy recurrente en este tipo de decisiones: ¿Y que pasaría si fuera la prensa la que boicoteara ahora a Argentina?
La notoriedad, la fama y la mediaticidad que las grandes estrellas del mundo del deporte asumen como propias conlleva que ellas mismas se otorguen, en ocasiones, un poder que en muchos casos supera todos los límites dentro de la lógica más aplastante. El mundo del fútbol y sus estrellas, particularmente, es un ejemplo claro de dicha situación. Cada poco tiempo podemos observar como grandes astros de este deporte adoptan una postura crítica ante los medios de comunicación por la información, más o menos delicada, más o menos acertada, que los mismos vierten sobre dichas estrellas. Postura crítica que en muchos casos llevan a la censura por parte de dichas estrellas a esos medios. Pero, ¿qué pasaría si como respuesta a dicha posición, fueran esos medios de comunicación los que decidieran, a partir de ese momento, boicotear a esas estrellas?
En el caso de Argentina, ¿qué sucedería si como protesta, los medios de comunicación fueran ellos los que comenzaran a boicotear a Argentina? Pues probablemente que la situación llegaría a un punto insostenible, sobre todo para los patrocinadores oficiales de la albiceleste. Unos sponsors a los que no les habrá gustado nada la decisión de los convocados argentinos por temor a que dicha batalla pueda pasar factura a los mismos. Porque ¿que pasaría si adidas, patrocinador oficial de Argentina y del propio Leo Messi, convocara a los medios para presentar las nuevas botas del internacional argentino y éstos, la prensa, no acudieran al evento como protesta por la decisión de Messi y sus compañeros de censurar a esos medios de comunicación?
La prensa tiene en sus manos la capacidad de provocar un importante agujero en la Federación Argentina en este caso en respuesta a esa actitud de los convocados argentinos. Pero es más. La Federación tiene la obligación, como máxima responsable de velar por los intereses del fútbol argentino, de evitar que actitudes como la presente puedan afectar, en este caso, a la relación de la misma con sus principales patrocinadores. ¿O a alguien le queda dudas de la poca gracia que a dichos sponsors les habrá hecho la decisión adoptada por los astros argentinos?
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